Flúor y Toxicidad

El flúor es uno de los elementos químicos más altamente reactivo y electronegativo que existe en la Tierra. Este elemento no es parte de los minerales esenciales que necesitan los seres vivos (incluido el ser humano) para mantenerse sanos, ya que no se encuentra en ninguna función metabólica y es altamente tóxico. Sin embargo, el flúor es capaz de interactuar con el esmalte de los dientes para hacerlo más resistente a la caries dental bajo ciertas circunstancias bien específicas, de lo contrario es nocivo. Este es el motivo de porqué a la mayoría de las pastas dentales se les agrega flúor y por qué algunos países optan por fluorar el agua potable.
El problema principal de estas medidas es que no van a la causa del problema, el alza de la caries no es una deficiencia de flúor en nuestros dientes, sino que es por una alimentación muy desbalanceada, deficiente en nutrientes esenciales y fitonutrientes diseñados para fortalecer nuestros tejidos; huesos y dientes, como el magnesio, calcio, vitamina D, boro, zinc, catequinas, etc. (ver artículo “Nutrición”) y alta en azúcares refinados (harinas, cereales y azúcar propiamente tal entre otros).
En Chile los valores de flúor encontrados de forma natural en el agua varían desde 0 hasta 2,2 PPM, con los mayores valores en el norte y los menores en la zona sur. Y la región del Bio-bío es la única donde el agua no se le adiciona flúor de manera artificial. De acuerdo a la Agencia de Protección Ambiental de E.E.U.U. son seguros los niveles por debajo de las 4 PPM, sin embargo, muchos estudios demuestran que prácticamente no hay valores de seguridad para este elemento.
Desde el punto de vista holístico el ser humano es más que sólo dientes, y, por lo tanto, no se justifica añadir flúor al agua o pastas dentales para prevenir en un bajo porcentaje la caries dental y por otro lado predisponer a las personas a enfermedades crónicas bastante más severas por la ingesta constante de este elemento. Cabe destacar que la alta reactividad de este elemento permite que se una a otros minerales pesados en el organismo como el aluminio o mercurio originando moléculas aún más tóxicas que el flúor por sí solo. Hay mucha evidencia que demuestra una correlación directa entre ingesta de flúor (en niveles supuestamente seguros, desde 0,2 PPM) y reducción del coeficiente intelectual, interferencia en el metabolismo del colágeno, fluorosis, insomnio, enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer o Parkinson, cáncer bucal, cáncer de vejiga, defectos en el sistema inmune, daño e hipofunción de la glándula tiroides, acumulación en la glándula pineal, etc. El enfoque debería ser EDUCAR como prevenir la caries sin añadir elementos tóxicos en nuestra alimentación, pero las instituciones oficiales insisten obstinadamente que la ingesta de flúor es un método seguro y sin riesgos.
Algunos países más desarrollados han tomado acción al respecto, y es por este motivo que el 97% de los países de Europa del este no adicionan flúor en el agua. El flúor es tóxico y en ningún caso necesario para el ser humano como elemento en nuestra alimentación, por lo que nunca debe utilizar pastas dentales o enjuagues que contengan flúor, y menos aún dejar que su dentista utilice flúor en su boca. La fluoración del agua es uno de los más grandes fraudes de la medicina que existe, ya que no hay ninguna evidencia de que se haya reducido la incidencia de caries gracias a esta medida y como se mencionó previamente es extremadamente peligroso para la salud integral.
En el gráfico a continuación, obtenido de la OMS, se puede apreciar claramente como tanto los países con y sin agua fluorada han disminuido de igual manera la incidencia de caries, poniendo en evidencia lo anteriormente descrito.

La naturaleza nos provee de muchísimas sustancias animales, vegetales, minerales y vitaminas capaces de proteger los dientes ante la caries dental de una forma más segura y efectiva que el flúor e incluso con la ventaja de no causar daño en el resto del organismo.
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